lunes, 28 de abril de 2014

Un Milagro

             
Invitada a Cuba por el entonces presidente Carlos Prío Socarrás, María Félix visitó La Habana. Un día, mientras se preparaba para recibir una cena en su honor, al tomar del tocador una de las tantas cartas que sus admiradores le mandaban, del sobre cayó una medalla de la Virgen de la Caridad del Cobre; la recogió y abrió la carta. No era de un admirador sino de un condenado a muerte que había matado al violador de su hermana. Así comenzaba la misiva: “Confío en que la Virgen me va a conceder el milagro de que usted lea esta carta…” En la cena, el presidente Prío le dijo que además de las llaves de la ciudad y los homenajes, quería hacerle un obsequio personal, y ella le pidió: “Quiero a un hombre”. En ese momento le dio la carta del prisionero y el mandatario cubano mandó llamar de inmediato a un coronel al que ordenó la anulación de la sentencia de muerte para el preso.

Todas Mis Guerras (2002).
María Félix

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