Se dirigía una vez Ludwig Van Beethoven, a la ciudad de Bonn, cuando la noche lo tomó próximo a una villa, lejos de todo centro de población más o menos importante. El tiempo no lo favorecía, una fría llovizna, y un fuerte viento le obligaban a tratar de encontrar una hostería donde albergarse. Luego de infructuosos intentos, se detuvo finalmente frente a un edificio solitario y de amplia portada.
Descendió del carruaje sin pensarlo
mucho llamó decididamente a la puerta. Transcurrieron algunos instantes, hasta
que apareció un hombre alto y corpulento, de apariencia nada amigable y
vistiendo uniforme de portero.
--¿Qué desea usted? --le preguntó
secamente.
--Señor --respondió Beethoven--
quisiera que me permitieran pasar aquí la noche.
--¿Pasar la noche aquí?, pero, ¿no
sabe usted acaso que esto es un manicomio?
--No lo sabía, mas no me importa. Yo
necesito dormir en alguna parte, soy Beethoven.
--¿Beethoven? --dijo el portero con
una extraña sonrisa-- ¡Ah, bueno! Siendo así, puede usted pasar. Ya tenemos
aquí a cinco Beethoven, y siempre hay lugar para alguno más.
Anecdotario
Completo de Beethoven (1927).
Luis Bertràn
No hay comentarios.:
Publicar un comentario