Federico II de Prusia admiraba a Voltaire, aunque a veces le hacía objeto de sus sátiras. Cierta vez que habían invitado al filósofo a cenar, dejó sobre su plato una tarjeta que decía: "Voltaire es el primero de los asnos. Federico II".
Voltaire vio la nota y sin
inmutarse, la leyó en voz alta ante el resto de comensales.
--Voltaire es el primero de
los asnos. Federico, el segundo.
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