Ahuízotl, octavo tlatoani, es uno de los grandes constructores del imperio mexica pues expandió sus límites hasta lo que hoy es Guatemala, pero también uno de los más crueles. Mazahuas y otomíes le temían, ya que sus campañas de conquista eran sangrientas.
Un episodio que refleja los
alcances de Ahuízotl ocurrió cuando la intriga de una concubina de la casa del
emperador desató su furia, y éste mandó a matar todo el personal a su servicio,
a los involucrados y a centenares de personas en un sacrificio público que
también tomó días en terminar. Finalmente, en 1502 Ahuízotl inauguró una de las
obras de infraestructura más importantes de su reinado: un acueducto entre Coyoacán
y Tenochtitlan.
Tras haber sacrificado a varios
niños para complacer a los dioses, el agua comenzó a correr, con tanta fuerza
que inundó la ciudad, haciendo que Ahuízotl tropezara y se golpeara la cabeza,
muriendo pocos días más tarde.
Prágmata. Villanos
Revista Quo Historia, otoño 2009
José Luis Barros Chaparro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario