Observaba el general Pancho Villa durante un combate, que a lo lejos, por la retaguardia, se levantaba una gran cortina de polvo. Ordenó a un soldado:
--Acércate lo más posible y observa con tus
prismáticos de quién se trata, si son amigos o enemigos.
El soldado obedeció la orden y corrió veloz a
cumplirla. Minutos después regresó para informar:
--Mi general, son amigos.
--¿Cómo lo sabes? –replicó Villa.
--Pues porque vienen platicando…
La broma o la estupidez del soldado no fue perdonada
por Villa. Le colocó una bala entre ceja y ceja.
Las Mil Anécdotas y Un Comentario (1971).
Octavio Aguilar de la
Parra.
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