viernes, 23 de mayo de 2014

Aprovechando la Ganga

   
El recién autonombrado Secretario de Comunicaciones y Transportes Maximino Ávila Camacho, habiendo tomado posesión de su nuevo puesto, recibió una visita de cortesía en la que se le informaba que la compañía General Motors deseaba mantener con su Dependencia la mejor de las relaciones. Al estar frente a frente con el funcionario de la mencionada firma, Maximino escuchó:
                --Mi general, en nombre de mi empresa he venido a entregarle como presente de buena voluntad un automóvil que esperamos sea de su completo agrado.
                La respuesta teatral fue más o menos así:
                --Señor, en verdad es para mí un honor muy grande y un auténtico privilegio el poder servir al gobierno de la República. Pero debe saber usted que, como funcionario, no me es posible aceptar nada que pudiera ser malinterpretado. He de negarme rotundamente a recibir su obsequio.
                --Mi general, por eso no se preocupe usted, que le haremos llegar inmediatamente la factura. ¿Qué tal si le ponemos un precio, digamos de cinco pesos?
                --Pues si usted lo dice, señor, así será… Por cierto, ¿de qué color me dice que es el auto?
                --Negro, mi general: un Cadillac del año. Precisamente traigo conmigo las llaves.
                Acto seguido, Maximino procedió a extraer de su cartera un billete de diez pesos y al entregárselo le dijo:
                --Tome usted, y por favor no me dé cambio. Mejor mándeme dos: éste que ya me trajo y otro blanco.

Hotel Regis. Historia de una Época (1996).
Sergio H. Peralta y Carlos Lucio Ramos.

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