“Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios
recién había salido.
“Una señora, impresionada por verla bañar a un leproso, le dijo: Yo no
bañaría a un leproso ni por un millón de dólares, a lo que Teresa contestó: Yo
tampoco, porque a un leproso sólo se lo puede bañar por amor.
“Le pregunté a la Madre Teresa de Calcuta: ¿Cuándo descansa? Y me dijo: Descanso en el amor. Le pregunté:
¿Cuál es el lugar del hombre? Y me dijo: Donde sus hermanos lo necesitan. Le
dije: Nunca la escuché hablar de política. Y me dijo: Yo no puedo darme el lujo
de la política. Una sola vez me detuve 5 minutos a escuchar a un político, y en
esos 5 minutos se me murió un viejecito en Calcuta”.
titulosfelices.blogspot.mx (2012).
Edymix
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