domingo, 12 de octubre de 2014

Indiscreto


En 1932, el entonces alcalde de Nueva York, James John Walker, pronunció un brindis irrepetible al cumplirse el segundo centenario del nacimiento de George Washington:
--En memoria del hombre que supo ser el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus conciudadanos…
Pero, animado por el vino, continuó:
--Lo que no comprendo es cómo, gustándole tanto ser el primero en todo, se casó con una viuda.

20minutos.es (2011).
Alfred López 

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