A la salida de un concierto en Nueva York, una joven pareja se acercó al violinista Jascha Heifetz y le dijo:
--Esta noche ofrecemos una gran cena en nuestra casa. ¿Por qué no viene
usted y trae su violín?
--Lo siento mi violín no come –respondió el músico.
estrenando-dia.blogspot.mx (2013).
Ramón
E. Rivas
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