En 1947 Agustín Lara fue demandado por plagio. El escandalito de la canción “María Bonita”, que resultó tener la música de una vieja canción ranchera de Chucho Monge, “El Remero”, tan evidenciado no el plagio, que no lo hubo deliberado, pero sí el error de suponer original una melodía que le vino a la cabeza de la bruma lejana del pasado; y todo quedó en un arreglo mediante el cual Chucho Monge cobra, desde entonces, la mitad de las regalías que el elogio musical a María Félix sigue dejando hasta la fecha.
Antes de que Lara reconociera los derechos de Monge, un periodista le
preguntó:
--¿Es cierto, señor Lara, que usted plagió una canción del señor don
Jesús Monge?
Ante la pregunta directamente hecha, Agustín no flaqueó, pero sí echó
para atrás la fina cabeza para dibujar una sonrisa triste. Contestó con su voz
mil veces imitada:
--Señor: Usted puede ver mi casa. Es la casa más bonita de México. Usted conoce
mis canciones; son las canciones más bonitas de México. No puedo presentarle en
este momento a mi nueva esposa, porque está filmando, pero puedo asegurarle que
María es la mujer más bonita de México. Naturalmente se me odia, señor, se me
odia…
Memorias de un
Reportero (1965).
Roberto Blanco Moheno
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