En alguna ocasión que José Luis Cuevas enfermó gravemente dijo a la prensa: “Este será el año de mi muerte”. Entonces el retratista José Luis Pasajes lo llamó por teléfono diciéndole que siempre había querido dibujar a una persona enferma en todo el proceso de su gravedad, hasta llegar a la muerte.
Cuevas
se sintió algo molesto y le dijo:
--Mire usted, tengo la exclusividad
de mis propios retratos.
Pero Pasajes con ingenuidad
macabra le respondió:
--Entienda, Cuevas, que
llegará un momento en que ya no podrá sostener una pluma o un lápiz, y ahí
estará Pasajes para sustituirlo.
La respuesta le hizo gracia a
Cuevas y aceptó retratarse.
Por cierto, José Luis Cuevas,
involuntariamente defraudó a Pasajes pues no murió como lo había pronosticado.
Confesiones de José
Luis Cuevas (1975).
Alaíde Foppa
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