domingo, 20 de julio de 2014

Hombre Prevenido


El rey Luis XIV, el Rey Sol, hablaba un día del poder del monarca sobre sus vasallos y Armand  de Gramont, conde de Guiche, se permitió observarle que tal poder tenía sus límites.
--Conde --le dijo el rey--, mi poder no tiene límites. Si yo os mandara tiraros al mar tendríais que arrojaros de cabeza al agua inmediatamente.
El conde no replicó, pero dando media vuelta se dirigió a la salida del salón.
--¿Dónde vais? -le preguntó el rey.
--A aprender a nadar, señor.
Todos rieron.

Revista en Red
José Luis Carranco

No hay comentarios.:

Publicar un comentario