jueves, 19 de junio de 2014

Director con Carácter


El Ingeniero Gabriel Abaroa Martínez nos narra una simpática anécdota de cómo conoció al director de cine Chano Urueta y presenció la filmación de una de sus películas:
“Corria el año 1950 y también corría mi flamante Fordcito convertible del año 36 por la amplia y entonces poco transitada avenida División del Norte. Al llegar a la Glorieta del Riviera, me alcanzó un hermoso Cadillac Coupé de Ville verde a dos tonos, se me cerró obligándome a frenar y de él bajó un extraño ser, se trataba de un viejo delgado de abundante y blanca greña con un aspecto como de cowboy con camisa de cuadros, chaleco de cuero, pañuelo anudado en el pescuezo y fina tejana. Se me dejó venir y honradamente me saqué de onda. Me dijo: ¡Óyeme, tal por cual, cómo me costó trabajo detenerte! ¿Qué no sabes quién soy?... Yo soy Chano Urueta, el director de cine… ¿Me estás oyendo?
“A lo que contesté: Si señor, mucho gusto… ¿Y qué pues?
“A continuación me expresó que quería comprarme el auto porque lo necesitaba para una película que estaba empezando con la presentación del  Raúl “Ratón” Macías que estaba en la cúspide de su brillante carrera como boxeador y de la simpática Anabel Gutiérrez en los papeles protagónicos.
“Le dije que definitivamente no vendía mi auto porque lo acababa de restaurar, entonces me propuso que se lo rentara y yo acepté. Quedé de llevarlo al día siguiente a las diez de la mañana al Foro 2 de los Estudios Churubusco.
                “Así lo hice y de acuerdo con el trato lo entregué. Le pedí autorización para quedarme un rato dentro del foro observando cómo filmaban una escena muy conmovedora en la que el “Ratón” arrodillado al lado de la cama en la que agonizaba su madre lloraba desconsoladamente.
“Al término de la escena, director, productor, fotógrafo, actores y técnicos, aplaudieron convencidos de la magnífica actuación de Raúl.
“Entonces se me ocurrió ponerme la cachucha de “Metiche”, me acerqué al director y le dije: Oiga don Chano… ¿Y por qué no prendieron la veladora de la repisa de la virgen por arriba de la cabecera de la cama de la moribunda???
“Acto seguido, sencillamente furioso, se volteó y dirigiéndose a sus técnicos, gritó: ¡Óiganme  bien punta de *&%$@*&%! ¡Es la última vez que se las paso! ¡Cómo es posible que un pobre $#@^&*%,  como éste extraño que nos visita, me haga notar que corrimos la escena con la veladora apagada! ¡Préndanla! ¡Alúmbrenla, y va de nuevo! Lo siento Ratoncito pero así es esto.
“Después de que todos los presentes se acordaron de mi mamacita, me despedí y me retiré”.

Anécdotas del Abuelo (2010) (gabrielabaroam.blogspot.mx)
Gabriel Abaroa Martínez.

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