lunes, 30 de junio de 2014

La Cultura Cuesta


Cierto día, un rico ateniense encargó a Sócrates la educación de su hijo. El filósofo le pidió por aquel trabajo quinientos dracmas, pero al hombre le pareció un precio excesivo.
--Por ese dinero puedo comprarme un asno.
--Tiene razón. Le aconsejo que lo compre y así tendrá dos.

20minutos.es
Alfred López

domingo, 29 de junio de 2014

La Bella Praga


Cuando Renato Leduc se encontraba en Praga, le comentó a un ciudadano a propósito de la invasión rusa ocurrida en 1968:
--Carajo, qué bonita es Praga… Tal parece que aquí nunca tuvieron una invasión…
Entonces, con una sonrisa, el tipo aquel le respondió:
--Es que aquí siempre nos rendimos a tiempo…

Renato por Leduc (1982).
José Ramón Garmabella.

Superhéroes Inactivos


La actriz Helen Slater, quien interpretara a Supergirl en la película de 1984, narró en un programa de TV que se encontró junto a Christopher Reeve en un parque donde se sentaron a charlar, para que él pudiera aconsejarla de cómo interpretar a un personaje todopoderoso. En ese momento se desató un incendio casi frente a ellos, pero rápidamente fue sofocado por los bomberos. Lo irónico del asunto es que "Superman" y "Supergirl" estuvieron ahí y no hicieron nada para remediarlo.
                                                                  
es.wikipedia.org/wiki/Supergirl

jueves, 19 de junio de 2014

La Filosofía del Beso


David Alfaro Siqueiros durante la inauguración de una de sus tantas exposiciones, rodeado de admiradores y admiradoras, una hermosa señora se lanzó sobre el pintor y le plantó un beso en la cara, tan cerca como pudo de los labios. Dominó el salón pletórico del Palacio de Bellas Artes la voz guerrera de Angélica, su esposa:
--¡David!
Dio vuelta el rostro inocente del pintor:
--Pero, hija, mujer que besa en público no besa en privado.

Los Presidentes (1986).
Julio Scherer García.

El General Equivocado

               
El general Heliodoro Charis, popular y viejo revolucionario juchiteco, en cierta ocasión estando en un pueblo de Oaxaca, solicitó un juego de llantas para su tractor, pero al recibir los neumáticos protestó muy airado:
                --Miren qué poca seriedad de estos comerciantes. Hace dos meses que pedí mis llantas y ahora envían unas que no son para mí…
                --Y cómo lo sabe usted, mi general, si todavía no abre el bulto –le dijo uno de sus ayudantes.
                --Mire, pedazo de alcornoque, aquí dice claramente, “General Popo” y yo soy el General Charis.

Las Mil Anécdotas y Un Comentario (1971).
Octavio Aguilar de la Parra.

Director con Carácter


El Ingeniero Gabriel Abaroa Martínez nos narra una simpática anécdota de cómo conoció al director de cine Chano Urueta y presenció la filmación de una de sus películas:
“Corria el año 1950 y también corría mi flamante Fordcito convertible del año 36 por la amplia y entonces poco transitada avenida División del Norte. Al llegar a la Glorieta del Riviera, me alcanzó un hermoso Cadillac Coupé de Ville verde a dos tonos, se me cerró obligándome a frenar y de él bajó un extraño ser, se trataba de un viejo delgado de abundante y blanca greña con un aspecto como de cowboy con camisa de cuadros, chaleco de cuero, pañuelo anudado en el pescuezo y fina tejana. Se me dejó venir y honradamente me saqué de onda. Me dijo: ¡Óyeme, tal por cual, cómo me costó trabajo detenerte! ¿Qué no sabes quién soy?... Yo soy Chano Urueta, el director de cine… ¿Me estás oyendo?
“A lo que contesté: Si señor, mucho gusto… ¿Y qué pues?
“A continuación me expresó que quería comprarme el auto porque lo necesitaba para una película que estaba empezando con la presentación del  Raúl “Ratón” Macías que estaba en la cúspide de su brillante carrera como boxeador y de la simpática Anabel Gutiérrez en los papeles protagónicos.
“Le dije que definitivamente no vendía mi auto porque lo acababa de restaurar, entonces me propuso que se lo rentara y yo acepté. Quedé de llevarlo al día siguiente a las diez de la mañana al Foro 2 de los Estudios Churubusco.
                “Así lo hice y de acuerdo con el trato lo entregué. Le pedí autorización para quedarme un rato dentro del foro observando cómo filmaban una escena muy conmovedora en la que el “Ratón” arrodillado al lado de la cama en la que agonizaba su madre lloraba desconsoladamente.
“Al término de la escena, director, productor, fotógrafo, actores y técnicos, aplaudieron convencidos de la magnífica actuación de Raúl.
“Entonces se me ocurrió ponerme la cachucha de “Metiche”, me acerqué al director y le dije: Oiga don Chano… ¿Y por qué no prendieron la veladora de la repisa de la virgen por arriba de la cabecera de la cama de la moribunda???
“Acto seguido, sencillamente furioso, se volteó y dirigiéndose a sus técnicos, gritó: ¡Óiganme  bien punta de *&%$@*&%! ¡Es la última vez que se las paso! ¡Cómo es posible que un pobre $#@^&*%,  como éste extraño que nos visita, me haga notar que corrimos la escena con la veladora apagada! ¡Préndanla! ¡Alúmbrenla, y va de nuevo! Lo siento Ratoncito pero así es esto.
“Después de que todos los presentes se acordaron de mi mamacita, me despedí y me retiré”.

Anécdotas del Abuelo (2010) (gabrielabaroam.blogspot.mx)
Gabriel Abaroa Martínez.

Con el Don de Convencer


El general Maximino Ávila Camacho de sus andanzas revolucionarias había tomado la costumbre de obtener por las buenas o por las malas las cosas que deseaba. Un día le preguntó a sus lugartenientes:
--¿De quién es esa propiedad? Me gusta.
--De Francisco Contreras.
--“Pos” avísale que quiero verlo para comprársela.
                Cuando lo tuvo delante:
--Quiero comprarle su casa, ¿Cuánto quiere por ella?
--No la vendo, don Maximino, es herencia de mis padres y de los padres de mis padres, para mí no tiene precio porque no la voy a vender.
--Piénselo bien amiguito, me gusta la finca y de todas maneras va a ser mía, así que vaya poniéndose a modo.
--Le repito que no la vendo a ningún precio.
--Mire, amiguito, se la voy a poner así: o me la vende usted o hago el negocio con su viuda.

Jácara (1990).
Marconi Osorio.

Impresionando al Impresionista


Durante la primera visita de Maurice Ravel a los Estados Unidos, coincidió con su cumpleaños número 53. Eva Gauthier, mezzo-soprano canadiense, había ofrecido una fiesta en su honor. Le preguntó a Ravel qué deseaba como regalo de cumpleaños y su petición fue la de oír y conocer a George Gershwin. George tocó aquella noche en su presencia, para el gran deslumbramiento del maestro francés. Se sobrepasó en sus dones como pianista, realizando auténticas e intrincadas proezas rítmicas que dejaron sin habla al propio Ravel.
            Cuando Gershwin acudió al hogar de Ravel en Francia, lo hizo como un amigo. Y una vez más tocó para el maestro durante casi una hora. Tras ello le sugirió la posibilidad de estudiar con él, a lo que Ravel replicó:
--¿Y por qué habrías de convertirte en un Ravel de segunda fila, pudiendo ser un Gershwin de primera?

George Gershwin. Un Viaje a lo Sublime (1970).
David Ewen.

Rostro y Alma


En una conversación que celebraron el presidente en turno Luis Echeverría Álvarez y el periodista Julio Scherer García, Echeverría aprovechó la reunión para presumir un retrato de él pintado por el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.
--¿Qué opinas? –preguntó el presidente.
--No me gusta. Nada.
--¿Por qué?
--No sé, pero no me gusta. Es usted y no es usted.
Sonrió Echeverría, se quitó los anteojos y lo miró sin parpadear. Scherer lo vio con calma y descubrió una cara triangular, cruel. A lo que Scherer opinó:
--Su cara es muy dura, señor presidente. Me impresiona su gesto. Temible, si he de decirle la verdad.
--Guayasamín me lo hizo notar. El rostro del cuadro es mi verdadero rostro.
Varios años después Scherer García entrevistó a Guayasamín y le preguntó por el cuadro del presidente Echeverría y le hizo notar que le había llamado la atención el gesto cruel de su rostro triangular. Guayasamín contestó:
--Los anteojos son superficiales. El alma es como es.

Los Presidentes (1986).
Julio Scherer García.