Se dice que a raíz del asesinato del general Álvaro Obregón la gente se obstinaba en saber quién había sido el autor intelectual del crimen ya que el material lo fue un joven fanático llamado José de León Toral, quien vació la carga de su pistola sobre el presidente electo durante un banquete que se efectuó en el restaurante “La Bombilla”, en San Ángel, en la Ciudad de México.
Se dice también que cuando alguien preguntaba quién
lo había mandado a matar, se respondía rápidamente: “¡Cállesss…se!” La fantasía popular
trataba de responsabilizar así al general Plutarco Elías Calles.
Las Mil Anécdotas y Un Comentario (1971).
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