domingo, 21 de mayo de 2023

Nicolai Polanski, Compositor Fantasma

     

     Uno de los compositores de fondos musicales del cine mexicano más prolífico de la década de los 30 y 40 lo fue Nicolai Polanski, insigne compositor que nunca existió. Muchos productores para ahorrarse el gasto de contratar a un compositor, así como a la orquesta de filarmónicos que habrían de grabar los fondos musicales, recurrían al viejo truco de utilizar discos de música sinfónica y usaban el nombre de Nicolai Polanski como compositor fantasma. 

     Esta costumbre se terminó cuando los sindicatos de compositores y el de filarmónicos obligaron a los productores a pagar desplazamientos, es decir, tenían que liquidar a ambos sindicatos una cantidad obligatoria aunque no utilizasen sus servicios.


Cámara... ¡Acción! (1994).

Jorge Rodríguez

sábado, 8 de abril de 2023

El Buen Vecino


        En una biografía no autorizada de Juan Rulfo, Juan Ascencio cuenta-no-autorizadamente que en el departamento de Río Nazas 84, colonia Cuauhtémoc, se percibía constante tensión entre el literato y su mujer por culpa de las copichuelas. Tomás Segovia contó a Ascencio que Clara confiscaba toda sombra de botella, pero al rato veía a su marido borracho, sin haber cruzado la puerta. Al fin descubrió que por la ventana del baño, el vecino Pedro Coronel surtía a éste de alipuses, con un cordel que subía y bajaba.

El Lado B de la Cultura (2021).

Julia Santibáñez

Rencoroso

        Carlos Monsiváis fue heredero de Jorge Ibargüengoitia como cronista, aunque protagonizaron un magno pleito en torno a la figura de Alfonso Reyes: el de Guanajuato (Ibargüengoitia) escribió una crítica dura sobre dos obras de Reyes y el de la Portales (Monsiváis) defendió al maestro. Acabaron de rimbombante bronca entre ellos. Al final, Ibargüengoitia renunció a su columna sobre teatro y se despidió en estos términos: "Los artículos que escribí, buenos o malos, son los únicos que puedo escribir. Si son ingeniosos es porque tengo ingenio, si son arbitrarios es porque soy arbitrario y si son humorísticos es porque así veo las cosas, que esto no es virtud ni defecto, sino peculiaridad. Ni modo. Quién creyó que todo lo que dije es en serio es un cándido y quién creyó que todo fue broma es un imbécil".

El Lado B de la Cultura (2021).

Julia Santibáñez

viernes, 7 de abril de 2023

Ironía de la Vida


         En 1942, María Félix, se topó en la calle con Fernando Palacios, quien le propuso hacer cine. Así firmó su primer contrato: El Peñón de la Ánimas se habría de estrenar el siguiente año. El encuentro con Jorge Negrete, su coprotagonista, el macho del cine, arrogante y vedet, fue demoledor. Se cayeron fatal. Él era una celebridad y ella, una debutante que, para colmo, tartamudeaba. Además, Jorge quería que le dieran el papel a su novia, la actriz Gloria Marín. El director Miguel Zacarías, pensó que la Félix daba más el tipo necesario, así que se amachinó en tenerla como estelar. En los primeros minutos entre los actores él preguntó:

--¿Con quién se acostó usted para que le dieran el papel principal?

Ella, nada blandita, se encaró:

--Usted tiene más tiempo en el negocio. Debe saber con quién hay que acostarse para ser estrella.

Diez años después Jorge y María se habrían de casar.


El Lado B de la Cultura (2021).

Julia Santibáñez

Genial


        Pita Amor, poeta y figura de escándalo en el México de medio siglo, era supersuperlativa. Cuando su sobrina Elena Poniatowska la escuchó quejarse por falta de dinero y le sugirió trabajar, Pita se aventó una de las suyas: 

        --Óyeme, escuincla. Bastante hago con ser genial.


El Lado B de la Cultura (2021).

Julia Santibáñez

Cada Quien en lo Suyo

                                                          

        Federico Gamboa, autor de la novela Santa, recibió la suma de doscientos pesos por los derechos de su obra que se filmó, en su primera versión, en cine silente en el año de 1917. 

La novela era un best seller de aquellos tiempos y aunque don Federico fue parcamente remunerado la primera vez, tuvo oportunidad de desquitarse pocos años más tarde al filmarse el primer remake de su famosa novela. En esta ocasión la película llevó sonido y se le considera como la primera película hablada del cine mexicano.

Posteriormente se realizaron otras dos versiones ya con menos éxito: una en 1943 y otra fue filmada en los sesentas.

Don Federico Gamboa sólo alcanzó a cobrar regalías de las dos primeras versiones, pues dejó este mundo el año de 1939. Se dice que en una ocasión que comía en un conocido restaurante acompañado del no menos famoso novelista don José Rubén Romero, hombre de reconocido ingenio, le presumió que su "Santita" le había dado de comer por muchos años. Presto, don José Rubén le respondió que a él, en cambio, "le habia dado de comer su 'Pitito'". Aclaramos para los malpensados, que el escritor se refería a su novela La Vida Inútil de Pito Pérez.


Cámara... ¡Acción! (1994).

Jorge Rodríguez

Mal de la Vista

        Una tibia mañana del año 1942, Mario Moreno Cantinflas se dirigió al centro de la ciudad a un asunto de negocios, guiando su propio automóvil, pues todavía no acostumbraba chofer. 

En avenida Juárez, una bellísima morena, llamó tan poderosamente la atención del mimo, que se distrajo y chocó contra el auto que le precedía. El automovilista bajó de su coche furioso, sin haberse enterado todavía quién lo había chocado y fue a reclamarle airado a Mario.

--¡¿Qué no vio que saqué la mano?!

Rápidamente y con su acostumbrada gracia, el mimo le contestó:

--¡No vi el coche! ¿Cómo quiere que vea la mano?

El automovilista se alejó muerto de la risa sin volverse para reclamar a Mario la avería de su vehículo.


Cámara... ¡Acción! (1994).

Jorge Rodríguez

Sorprendiendo al Poeta

         Alvaro Obregón, ya siendo presidente de la República, paseaba por la Alameda con dos ayudantes, cuando se le presentó un joven que dijo ser poeta y le pidió permiso para saludarlo y recitarle un soneto. Concedida la autorización, y recitado el poema, Obregón le dió una palmada en el hombro y le dijo:

--Muy bien que te guste la poesía, joven, pero lástima que te atribuyas poemas que no son tuyos. Ese es un buen soneto, y desde hace tiempo lo sé de memoria...

Y entonces se lo recitó, de pe a pa. El joven poeta se puso pálido y balbuceó algo, pero Obregón se apresuró a tranquilizarlo:

--No te preocupes, lo que pasa es que yo tengo una memoria muy buena, y como me gustó tu soneto, me lo acabo de aprender.


Memoria y Olvido. Vida de Juan José Arreola (1920-1947) (1994).

Fernando del Paso