viernes, 7 de abril de 2023

Sorprendiendo al Poeta

         Alvaro Obregón, ya siendo presidente de la República, paseaba por la Alameda con dos ayudantes, cuando se le presentó un joven que dijo ser poeta y le pidió permiso para saludarlo y recitarle un soneto. Concedida la autorización, y recitado el poema, Obregón le dió una palmada en el hombro y le dijo:

--Muy bien que te guste la poesía, joven, pero lástima que te atribuyas poemas que no son tuyos. Ese es un buen soneto, y desde hace tiempo lo sé de memoria...

Y entonces se lo recitó, de pe a pa. El joven poeta se puso pálido y balbuceó algo, pero Obregón se apresuró a tranquilizarlo:

--No te preocupes, lo que pasa es que yo tengo una memoria muy buena, y como me gustó tu soneto, me lo acabo de aprender.


Memoria y Olvido. Vida de Juan José Arreola (1920-1947) (1994).

Fernando del Paso

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