sábado, 24 de agosto de 2019

El Brazo Incorrupto

           

           Cuentan que las monjas carmelitas de Olivais que custodiaban el brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús, realizaron una visita de cortesía a las carmelitas de Nueva York. El mejor presente que podían llevar con ellas era el brazo de la santa, pero había que pasar los trámites aduaneros, y llegó la fatídica pregunta: «¿Algo que declarar?». Las religiosas, lejos de mentir o de ocultar el brazo cual cartón de tabaco, enseñaron al funcionario de la aduana el relicario con el brazo dentro. «¿Y esto qué es?», preguntó el policía. «El brazo incorrupto de Santa Teresa», respondieron las monjas. El hombre buscó en su listado el arancel que había que pagar por pasar aquella reliquia y, evidentemente, no encontró una partida donde pusiera «brazos incorruptos», pero no por ello iba a dejar de ingresar en las arcas la tarifa correspondiente.
Como el aduanero no tenía intención alguna de requisar el brazo, buscó en el listado algo parecido a aquello que iba dentro de la urna, hasta que lo encontró. El brazo incorrupto de Santa Teresa fue incluido en la partida de «salazones y pesca salada» en el permiso de importación temporal.

Polvo Eres (2008).
Nieves Concostrina


Nota Aclaratoria: El brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús en realidad es una mano.

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