Un día estaba Sócrates en su casa con sus discípulos. A Xantipa, su
esposa, le molestaba tanta gente reunida y se ponía a gritar contra ellos.
Sócrates y los discípulos salieron, en silencio, a la calle. Y allí mismo,
junto a la casa, continuó la lección. Xantipa abrió la ventana y les vació
encima un cubo de agua. Y Sócrates, sin enfadarse, dijo a sus discípulos:
—Es cosa natural que, después de
los truenos, venga la lluvia.
Y continuó la lección.
Antología de Anécdotas (1971).
Noel Clarasó
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