martes, 11 de agosto de 2015

El Primer Jefe


El término “carrancear” fue muy sonado durante la Revolución de 1910. La gente de la época lo relacionaba con la División Constitucionalista, de Venustiano Carranza. Al respecto, José Vasconcelos refiere que El Malasombra, como le llamaba a Carranza, “generó ese vocablo porque sus allegados eran proclives a llevarse el dinero y a engañar. De ahí que ‘se lo carranceó’ tiene su origen revolucionario”.
Por su parte, el General Álvaro Obregón ejemplificó los alcances del verbo “carrancear” al describir lo sucedido en la cena que Carranza ofreció en el castillo de Chapultepec al ministro de España, como una expresión de agradecimiento cuando España reconoció el régimen de Carranza.
Durante la comida el ministro español estuvo sentado entre Obregón y el yerno de Carranza, general Cándido Aguilar, que entonces era secretario de relaciones exteriores.
Carranza sentado frente al huésped de honor. De pronto el ministro de España se lleva la mano al chaleco y palidece:
—¡Caramba, me han robado el reloj! –grita--. Era un reloj antiguo de oro y brillantes, una joya, recuerdo familiar... –silencio completo.
Mira a Obregón que estaba sentado junto a él, precisamente del lado en que le falta el brazo.
—Yo no pude haber robado su reloj.
Mira a Cándido Aguilar, sentado del otro lado, pero tiene casi paralizada una mano, casualmente la que está junto al ministro español. Tampoco puede ser éste el autor del robo. Y convencido de que no recuperaría su alhaja, el diplomático pasó el resto de la comida murmurando dolorosamente:
—¡Me han robado mi reloj! ¡Esto no es un gobierno, es una cueva de ladrones!...
Al levantarse de la mesa, don Venustiano se aproxima a él con su aire grave y venerable y le dice:
—Tome usted y calle de una vez --y le entrega su reloj.
El diplomático no puede contener su asombro, el hombre frente a él tenía su reloj, y entonces grita con sincera admiración:
—¡Ah, señor Presidente! Por algo le llaman a usted “el Primer Jefe" –insinuando que lo era, pero de la banda.

La Revolución es la Revolución (2010).
Diario Milenio,
Juan Ignacio Zavala

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