John D. Rockefeller platicaba con un amigo que se encontraba en una situación desesperante y le pedía un consejo:
--Me deben $ 50,000 dólares y
no tengo comprobante de esa deuda, ¿qué crees que debería hacer?
El multimillonario, que no lo
era por casualidad y que gozaba de una mente privilegiada, le contestó:
--Lo que yo haría, es escribir
una carta al deudor y le pediría los $ 100,000 dólares de la deuda. Estoy
convencido que te responderá a vuelta de correo, aclarándote que no son $
100,000 dólares, sino $ 50,000 dólares. Esa carta de su puño y letra será el
mejor comprobante.
Diccionario de
Anécdotas, Dichos, Ilustraciones, Locuciones y Refranes (2006).
Rubén Gil
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