domingo, 22 de mayo de 2016

Gringo Visionario


En 1836, luego de la desastrosa guerra de Texas, el general Antonio López de Santa Anna cayó prisionero. A un soldado estadounidense le pareció curioso verlo masticando y masticando sin tragar lo que comía. Entonces le preguntó lleno de curiosidad, qué era aquello inacabable a lo que don Antonio respondió regalándole un pedazo de goma obtenida del árbol de chicozapote que al probarla tenía un sabor dulce. Tiempo después vino el estadounidense a México para adquirir más de aquella goma a la que agregó diversos sabores. El visionario empresario estadounidense fundó una gran compañía; a partir de entonces decidió firmar exclusivamente con su apellido. En poco tiempo los anuncios lo volvieron famoso con una sola palabra: Adams.

Anecdotario Insólito de la Historia Mexicana (2008).
Alejandro Rosas

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