sábado, 6 de febrero de 2016

Advertencia


Del Presidente Pascual Ortiz Rubio se contaba la siguiente anécdota relativa a una supuesta o verdadera visita oficial al manicomio de La Castañeda.
El Presidente simpatizó con un loco. Éste, después de un rato de conversación con él:
—A todo esto, ¿tú quién eres?
—Soy el Presidente de la República --contestó el interpelado.
—Cállate –le encareció amigablemente el loco–, pues a mí, nomás porque dije que era Napoleón, me tienen aquí recluido desde hace más de tres años.

Apuntes autiobiográficos (2003).
Alberto J. Pani

Vigilante Burlado



El Padre Miguel Agustín Pro, jesuita, fue señalado como uno de los autores intelectuales del atentado al General Álvaro Obregón, ocurrido en noviembre de 1927 cuando era presidente Plutarco Elías Calles. Lo fusilaron por ello. Era un sujeto carismático que había participado activamente en la lucha cristera.
Miguel Agustín Pro era un sujeto muy peculiar: ingenioso bromista y tenía la manía de los disfraces, que utilizó ampliamente para burlar la vigilancia oficial contra los cristeros.
Yendo vestido de traje a dar la Sagrada Comunión a un grupo de señoras, entró gritando la criada que venía la policía.
Las damas se espantaron, pero el padre las tranquilizó, les ordenó repartirse por la casa. Acto seguido se guardó el Santísimo en el pecho y encendió un cigarrillo.
Entonces entró un grupo de agentes.
—¡Aquí hay culto público! –dijo el jefe.
—No la amuelen –replicó el padre.
—Sí, señor, aquí hay culto público, acompáñenos a revisar la casa.
Total que el padre los acompañó, pero no conocía la casa, y cuando después de mil vueltas y un buen rato no encontraban al dichoso curita, el padre les  dijo con desenvoltura:
—Bueno, caballeros, se me hace tarde, quedé en salir con mi novia, y la verdad no tengo tiempo para esperar a que atrapen a ese desvergonzado sacerdote que se está burlando de ustedes...

Crónicas de un cristero: El caso de Miguel Agustín Pro (2010).
Jesús Batista

miércoles, 3 de febrero de 2016

Dolorosa Excusa


María Félix Tuvo un romance con Carlos Thompson, su compañero en La Pasión Desnuda. Estuvieron a punto de casarse en Montevideo. Con los invitados a punto de llegar, María le dijo a su prometido que se lo necesitaba pensar mejor.
--¿Pero qué excusa le vamos a dar a los periodistas?, --le dijo Carlos.
--No sé, diles que te rompiste un brazo --contestó la Doña.
Él subió por un martillo y después de escuchar golpes y gritos, bajó con el brazo destrozado, igual que la relación. Nunca se concretó la unión.

Las 100 cosas que tal vez no sabias de María Félix (2010).
regiando.com
Esperancita Berrones

Clase de Filosofía


Un día estaba Sócrates en su casa con sus discípulos. A Xantipa, su esposa, le molestaba tanta gente reunida y se ponía a gritar contra ellos. Sócrates y los discípulos salieron, en silencio, a la calle. Y allí mismo, junto a la casa, continuó la lección. Xantipa abrió la ventana y les vació encima un cubo de agua. Y Sócrates, sin enfadarse, dijo a sus discípulos:
                —Es cosa natural que, después de los truenos, venga la lluvia.
                Y continuó la lección.

Antología de Anécdotas (1971).
Noel Clarasó