domingo, 1 de febrero de 2015

Cabrerío


José Vasconcelos vio en la Segunda Guerra Mundial la posibilidad de redención de la cultura católica y su victoria sobre la anglosajona; el rescate de la cultura hispánica y la idea bolivariana de la unidad latinoamericana. Temía que los aliados ganasen la guerra, el triunfo de la cultura anglosajona, por un lado, y del comunismo antirreligioso, por el otro, significaría a la larga, la muerte de la civilización cristiana. Cuando inició la contraofensiva aliada en 1943, su decepción fue grande. Estaba preocupado porque Mussolini había dejado desembarcar yanquis en un islote del mediterráneo para dar el asalto a la península. Alfonso Taracena le dijo que no se preocupara, que sólo se trataba de un islote habitado por cabras, a lo que él contestó: “Y las cabras encantadas porque desembarcaron cabrones”.

Mitos de la Historia Mexicana (2006).
Alejandro Rosas

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