En 1888, Ignacio de la Torre y Mier, rico hacendado mexicano, contrajo matrimonio con Amada Díaz, hija mayor del dictador Porfirio Díaz. A semanas de la unión comenzaron los conflictos matrimoniales y muy pronto llenó de murmuraciones el entorno de la familia presidencial, pues su homosexualidad era un secreto a voces.
El 17 de noviembre de 1901 el yerno presidencial
protagonizó un sombrío incidente que dejó al descubierto su orientación, “El baile de los 41”, como se le llamó a
aquel acontecimiento que tomó tintes de escándalo nacional. Narran las crónicas
periodísticas de aquellas fechas que una singular celebración tuvo lugar en la
casona marcada con el número 4 de la calle de La Paz, en la colonia Tabacalera,
bajo el falaz argumento de un bautizo. En aquella casona se dieron cita 42
individuos, todos del sexo masculino. La mitad de los asistentes vestía de
mujer, ataviados con coquetas pelucas, aretes, amplias y frondosas caderas
postizas además de rostros embellecidos de colores llamativos, mientras que la
otra mitad vestía prendas masculinas. Aquella celebración exclusiva, incluía la
rifa de un joven agraciado conocido bajo el mote de “Bigotes Rizados”. Las crónicas añaden que los gendarmes hicieron
una redada llevándose detenidos a todos los participantes del singular festín,
41 hombres fueron trasladados a prisión y se cuenta que al momento de la
detención había uno más. El 42, se supo más tarde, fue Ignacio de la Torre y
Mier, al que su suegro salvó para cuidar la reputación familiar y la honra de
su hija.
Aunque los periódicos de aquellas fechas no
lograron documentarlo, más tarde se supo que un importante número de aquellos
concurrentes pertenecía a las familias más prominentes del Porfiriato, aunque
la lista de los 41 nunca se divulgó con el fin de salvaguardar la imagen de tan
importantes personajes.
A pesar de los intentos del dictador militar por
silenciar a la prensa de aquellas fechas e impedir un escándalo familiar, la
noticia se regó por todas partes. Una de las ilustraciones más afamadas en
torno a la detención de los jóvenes homosexuales porfirianos son los ejemplares
de la Gaceta Callejera, una hoja
suelta que se repartía de mano en mano en aquellos días. José Guadalupe Posada tituló aquella reseña como “Los 41
maricones encontrados en un baile de la calle de La Paz el 20 de noviembre de
1901″, y se ilustra a un grupo de hombres, todos de bigotes relamidos, bailando
alegremente en parejas.
El primero de octubre de 1918, Ignacio de la Torre
y Mier falleció en Nueva York, cuando le practicaban una cirugía de colon.
Algunos dicen que aquella enfermedad fue producto de sus múltiples andanzas.
Nuestro Tiempo: El Yerno Incómodo (2010).
Elpidio Hernández
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