sábado, 29 de agosto de 2020

Necesaria Costumbre


           En la España del siglo XVII, era común que la gente orinara en las esquinas, en los portales o en las mismas puertas de las casas. Para evitar estas evacuaciones, algunos vecinos ponían en las puertas y paredes especialmente críticas o atractivas a la micción, una cruz o la representación de algún santo.

          Por lo visto, Francisco de Quevedo tenía la costumbre de utilizar comúnmente un determinado portal como urinario. Un día se encontró en él una cruz y a pesar de todo, siguió cumpliendo con su costumbre por otra parte tan natural. En su siguiente visita, junto a la cruz había un cartel con el texto: «Donde se ponen cruces no se mea».

          Quevedo, muy seguro de sí mismo,  escribió debajo: «Donde se mea no se ponen cruces».


Curistoria. Curiosidades y Anécdotas de la Historia (2013).

Manuel J. Prieto

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