En una ocasión, el embajador en España de Enrique IV de Francia,
François de Bassompierre, le estaba contando a su rey cómo había entrado en
Madrid. El embajador le comentó que por ciertas circunstancias adversas y
lamentables, se vio obligado a entrar en la capital de España montado en un
burro.
El rey le interrumpió comentando:
--Un gran burro cabalgando sobre un burrito.
A lo que el embajador contestó:
--Señor, yo representaba a vuestra majestad.
Curistoria. Curiosidades y Anécdotas de la
Historia (2013).
Manuel J. Prieto
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